domingo, 27 de junio de 2010

El problema de El Sahara


Es el Problema. Y es la pieza documental magistral que se lleva el gran premio del Fisahara 2010, producto de unos intrépidos directores de cine, Jordi Ferrer y Pablo Vidal, que no entienden de miedos ni de límites y se echan la cámara al hombro para grabar a hurtadillas, recorriendo el Aaiún ocupado, en el automóvil de un saharaui valiente y que conoce en su piel cómo se las gasta, ante insolencias de la pretendida libertad de expresión, este Marruecos opresivo de las mil y una noches y dolores. Que cierra a los ojos del mundo la vergüenza, que no el problema, de haber partido en dos mitades el territorio del Sahara, construyendo como si de la muralla china se tratara, en un siglo que no quiere, curiosamente, entender de fronteras, un muro de 2.720 kilómetros de largo. Hago las cuentas, y recorro España dos veces para visualizar ese muro de la vergüenza, minado en sus alrededores y vigilado noche y día por soldados ávidos de gresca. Poco se conoce Europa de este muro de oprobio y dolor, que permanece minado logrando el propósito de  silenciar esa herida abierta en mitad del desierto.

Jordi y Pablo nos relatan cómo escondieron las cámaras, la gota fría que recorrió sus cuerpos en los controles marroquíes cuando volvían de grabar las infernales imágenes y de la rabia que sienten de no poder haber filmado la propaganda marroquí que rodea las escuelas y que obliga a los niños saharauis a recorrer los colegios rodeados de la amedrentadora escolta marroquí. Son mis héroes en esta peculiar travesía del desierto porque muestran a los ojos europeos el dolor de sentirse tabicado, amordazado, y lo peor, silenciado.

Rap en las dunas del Sahara. "Vengo a hablarte de mi país ya desterrado, donde los niños crecen en campos de refugiados, olvidados Sahara desamparado, seguimos exiliados, nuestras tierras negociaron". Quien así se expresa es Abdel Larbi, rapero español-saharaui, que reside en Cartagena, Murcia. Hijo de padre saharaui y madre española,  por primera vez visita los campamentos inmersos en muchas sensaciones, y se entristece al comprobar que las generaciones de 15 años van perdiendo el espíritu de resistencia.  En Murcia le espera su grupo KRB para seguir entonando canciones que reivindican libertades.

Nana quiere libertad, quiere escuchar su Ipod, hablar por el Messenger, quedar con sus amigas en la discoteca vecina y enfundarse su vestido corto de canariona guapa. Pero está en el Sahara, y su rebeldía europea queda solapada en esta tierra. Va con su traje calado hasta las cejas y su aparente pudor de adolescente brava. Pero está en el Sáhara.

En el techo del depósito de agua de Dajla, a 20 metros de altura, unos niños pretenden jugar al fútbol en los escasos veinte metros de superficie. Amonestados por los foráneos continúan su partido, hasta que llega la policía. Lorena Auladell también divisa desde esta singular azotea la imagen dispersa de Dajla, los corrales de cabras, las techumbres de casa, el camión cisterna, los autobuses de la EMT que recorren una línea ficticia, o los coches cedidos por los gobiernos asturianos, vascos o de otras comunidades que reinventan un paisaje autonómico. Lorena, es cooperante de Cruz Roja y se ha acercado desde su sede en Rabuni a este campamento por el glamour del Fisahara. Su trabajo, está lejos de focos y de pompas, se trata de construir letrinas en los colegios, y tan feliz, en este mundo porque siempre ha querido ser cooperante.

Y en cualquier punto de este lejano lugar te topas con cooperantes anónimos como estos amigos ingenieros de España y de otros países europeos que llegan al Sahara a instalar un mamógrafo en el hospital de Rabuni. "Queremos que ante un bulto o una sospecha acudan a realizarse una mamografía", dice Nicolás Calvo. Son unos ingenieros solidarios que difunden información en Descubriendo Dajla,  vídeos, fotografías y mensajes solidarios a través de Internet (www.dajla.org) y quieren grabar a Nana para que cuente sus impresiones y deseos sobre el Sahara.

Salen las estrellas, pero no la luna, aquí lo hará más tarde.
Todos quieren ver más estrellas en Dajla, en la verdadera, y  celebrar un festival en las arenas de la playa. Mientras, la curiosidad nos invade por escuchar las palabras de Nana en esos mensajes de paz, que navegan por la red,  que remueven conciencias, a la espera de que el mundo despierte, y derrumbe el muro de la vergüenza.

martes, 22 de junio de 2010

Documental "El Problema", testimonio de la realidad del Sahara occidental

El documental "El problema. Testimonio del pueblo saharaui”, dirigido por Jordi Ferrer y Pablo Vidal, se exhibe este sábado 26 de junio en Madrid. El Problema recibió este año el Premio Amnistía Internacional y el primer Premio de Fisahara

domingo, 20 de junio de 2010

Un médico para 40.000 almas. Publicado también en el Correo de Andalucía


Un médico para 40.000 almas. 
"Que vengan a ayudarnos los médicos y enfermeros españoles"

La educación, alimentación y sanidad constituyen los tres pilares básicos que plasman el progreso y desarrollo de un país. Los campamentos de refugiados cuentan con un centro hospitalario del que dependen los dispensarios de salud distribuidos en barrios, y que gestionan enfermeras. La corona sanitaria se encuentra en el Hospital de Rabuni, cerca de Tinduf, en el centro administrativo de los campamentos.

Visitar el hospital de Dajla, implica realizar un ejercicio minimalista de humildad para comprender que unos muros despintados que albergan salas mustias de silencio son el súmmum de la medicina en esta provincia de 40.000 almas.

Abba Alimaulud es el único médico de este hospital, que financia la hermandad de San Esteban de Sevilla, que hoy, domingo dos de mayo, tiene todas, sus 40 camas desocupadas, y un único quirófano resguardado con plásticos del polvo y de arena, a la espera de  acoger las intervenciones de catarata que  realizan una vez al año los médicos cooperantes que vienen de Granada. Las camas se quedan para casos medianamente graves, ya que si la evolución lo permite, se cursa inmediatamente el alta del enfermo.
El hospital de Dajla atiende las urgencias diarias derivando al lejano recinto hospitalario de  Rabuni,  - a más de tres horas por una maltrecha carretera- los casos más graves. Distancia y equipamiento son requisitos indispensables en medicina para calcular la vida que se salva, y más de un paciente queda en ese  largo camino.

"En diciembre es cuando viene mucha gente después de la fiesta del Ramadán debido a la fiebre del cordero", se excusa el encargado de hacer la visita con la prensa, Marabih Bukabar, formado en Cuba donde también se ha traído la guasa y el humor de la isla.

El doctor Alí poco se queja. Acaba de practicar una circuncisión y prosigue en su consulta con calma. Es el único médico de Dajla. Su hermano, también galeno, se fue a España con sueldos de tres mil euros frente a los escasos 150 que dice, gana cada mes, y cuando llega. Su equipamiento de urgencias es : la bombona de oxígeno no funciona, y el instrumental de urgencias se compone de un nebulizador eléctrico para las infecciones respiratorias como bronquitis o asma.

La dieta pobre se refleja en las enfermedades de la población, y la ingesta abusiva del té verde interfiere en la absorción de hierro. Sin embargo, uno de los principales problemas observado es la incidencia de la enfermedad celiaca  uno de cada 15 niños años padece intolerancia al gluten (muy presente en cereales), lo que conlleva a un retardo en el crecimiento, baja estatura y desnutrición.

Las condiciones higiénico-sanitarias - no hay agua corriente y se extrae de pozos, incrementan las dolencias gastro-intestinales con diversas infecciones. Lo peor se observa en los niños que mueren, un 10 por mil cada habitantes, frente al 2,8 de Madrid, debido a la distancia que separa este campamento del Hospital de Rabuni, los 140 kilómetros, con tramos en pleno desierto que prolongan el viaje a tres o cuatro horas. No da tiempo a resolver un embarazo complicado.

El único médico de Dajla no descarta irse pronto a la Europa de la abundancia mientras que el farmacéutico del hospital, Marabih Bubakar, no para de insistir en hacer un llamamiento a  España para que médicos y enfermeras acudan a prestarles ayuda. "Por favor, cuéntalo, queremos dar este mensaje, que vengan una semana o quince días a medicina general, Necesitamos ayuda.

También tienen trabajo y mucho las matronas, en una población joven y de grandes proles. En cuatro meses han nacido 56 niños en el hospital con embarazos que cuentan con seguimientos, salvo un detalle, no hay aparato de ecografía. "Cuando tienen el bebé, se deja a la madre en la sala de posparto y si no tiene hemorragia, se va a casa a las pocas horas", indica la joven matrona Salka Hussin, de 28 años.

Hoy, hay más médicos en Dajla. Medicus Mundi mantiene en la festiva semana de cine una jaima sobre educación materno-infantil, para formar a mujeres concienciadas en la salud de la comunidad en promotoras o embajadoras de salud y trasladar cuidados básicos sobre embarazo, lactancia y otros cuidados.  Son una gota de agua en esa sedienta tierra.